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El error en tiempos del cólera…perdón de elecciones

Opinión 

Por: Horacio Cano

En esta temporada de promesas en la que ya estamos inmersos a nivel federal y que estamos próximos a entrar a nivel estatal, los candidatos y sus equipos están expuestos a cometer errores ya sea políticos como puede ser sumar a algún personaje que resta más de lo que suma o bien pueden ser errores jurídicos, al no estar pendientes de los requerimientos que marcan las autoridades electorales para cumplir con ciertas obligaciones. Siempre se puede cometer errores, lo importante es como afrontarlos y cuál sería la estrategia por seguir.

 

El mediocre siempre busca culpables para excusar su derrota, es una salida mucho más fácil que asumir los errores propios, una conjura de algún enemigo o una instrucción dada por alguien más poderoso. Si la persona detecta sus errores, por el simple hecho de hacerlo, ya está en ruta para corregirlos, si tiene éxito se hará mucho más fuerte y podrá sortear de otra forma las contrariedades del futuro. En San Martín me niego a pensar que los dos candidatos, a quienes respeto y creo son personas de bien, que hoy por hoy no tienen derecho a registrarse derivado de incumplimientos ante la autoridad electoral, piensen en echarle la culpa al sistema o a algún adversario político, claramente hubo omisiones en su equipo de trabajo lo que ha puesto en riesgo su participación en el proceso electoral que se viene.

 

En Texmelucan los dos candidatos de la oposición, que, por cierto, si superan ésta gran contrariedad serán perfiles altamente competitivos, están ante una gran dificultad legal que deben de resolver para poder competir. Pero ya lo decía John F. Kennedy: “la dificultad es una excusa que la historia nunca acepta”. Deberán de resolverlo no solamente por la vía legal, también tienen que hacer valer la política. Quizá no necesariamente sean ellos los que encabecen el proyecto que han puesto a disposición a los ciudadanos en San Martín. Tendrán que tomar decisiones y seguir estrategias para lograr que su proyecto siga en pie, trascienda y beneficie a la colectividad. Ya veremos el desenlace.

 

Terminaré recordándoles un episodio de la historia y en específico de la vida de Napoleón Bonaparte cuando estaba confinado en la Isla de Santa Elena en donde le llegaban desde Londres periódicos que lo denostaban. Ante estas críticas a su persona, hizo suya una máxima de Epicteto y que creo que todos los que nos dedicamos al servicio público tenemos que hacer nuestra: “si se dice mal de ti con fundamento; corrígete; si no; échate a reír”. Todos los candidatos y en su caso futuros servidores públicos se deben de tomar muy en serio esa frase y leerla todas las mañanas. Como escribí en párrafos anteriores, cuando se comete un error lo primero es identificarlo, no podemos resolver lo que no conocemos.

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