Por: Enrique Castro Hermida.
De una larga plática telefónica con mi querida amiga Marta López Mier, conocí lo que paso el 18 de Abril de 1965, me platico que ese día fue domingo de Resurrección y en la Carretera Federal 150 a Tehuacán en un paraje cerca de Chachapa, por la mañana hubo un fuerte accidente automovilístico, había un curva peraltada seguida de un puente estrecho, en ese lugar no era la primera vez que ocurría una desgracia.
Por la tarde, al regreso de muchos vacacionistas ocurrió un fatal accidente en ese lugar, siendo precisos las crónicas citan las 18:45 horas en el kilometro 142 hablan de un automóvil Ford Galaxie 1965 conducido por el Ingeniero Guillermo González Camarena y un autobús de pasajeros Flecha Roja con número económico 28 que hacía la ruta Puebla, Acatzingo, Quecholac, Palmar de Bravo, Córdoba a manos de Delfino Tenorio Corza.
Se imagina, una carretera estrecha… el regreso de vacacionistas de Veracruz y Tehuacán, mucho tráfico, luego del accidente había poco espacio para desplazarse, esperaban la llegada de ambulancias y la Policía Federal de Caminos.
Al hermano de Marta, Ramón López Mier un Policía de Caminos le pidió que llevara en su automóvil a la Cruz Roja de Puebla a un joven de 13 años que estaba un poco herido y que por razón natural muy nervioso.
Al día siguiente de esta plática telefónica con Marta me puse en contacto con Arturo González Camarena hijo de Don Guillermo para preguntarle si él era ese joven que acompañaba a su papá y empezamos a platicar.
Ese joven al que Ramón López Mier llevo al hospital fue a Guillermo. Arturo había tenido una fuerte fractura expuesta de fémur, los médicos de la Cruz Roja Puebla dieron un diagnostico poco halagador había que amputarle la pierna.
En ese año al frente de la Secretaria de Salud, estaba el Doctor y General Rafael Moreno Valle que siendo Ortopedista personalmente atendió a Arturo de la fractura, le coloco quince tornillos y 2 placas. El doctor no solo había salvado su pierna, sino la vida cuando Arturo tenía 11 años de edad.
Hay cosas que nos ocurren en la vida y alguien se cruza para ayudarnos y muchas veces no sabemos su nombre. Por una llamada se inician una serie de acontecimientos de los cuales iremos hablando y puntualizando en detalles.
Unos meses después de la muerte del Ingeniero Guillermo González Camarena, su esposa la Señora María Antonieta Becerra Acosta solicita a la Secretaria de Obras Publicas el permiso para colocar un monumento funerario en memoria de su esposo. La Cruz fue diseñada y colocada por el artista Jorge González Camarena.
Emblema de muchas culturas y religiones, este símbolo del cristianismo no solo se materializa en piedra, metal, madera, mineral, plástico o cualquier otra sustancia que nos permita identificar, plasmar y evocar.
El signo de la Cruz adquiere importancia y valores distintos según el momento y la intención que cada uno de nosotros le damos.
Persignarse es trazar con líneas imaginarias sobre nuestra frente, boca y tórax la señal de la Cruz, así empezamos o terminamos una oración, reflexión o suplica, mostramos respeto ante un cadáver, frente a un templo nos llevamos la bendición y gracia para seguir con nuestro camino; alejamos el mal y evocamos el bien santiguándonos en un rito personal cargado de fe, prejuicios y hasta supersticiones. Sera necesaria la repetición de esta rutina hasta por tres veces porque para muchos se representa: los clavos de Cristo, las tres caídas, La santísima Trinidad, Jesús, José y María; la Fe, Esperanza y Caridad y hasta la mente, el cuerpo y el alma. Fíjese como el torero antes de ajustarse la montera, ceremonioso, discreto y con rapidez es repetitivo con esta expresión de sincretismo religioso. Para muchos santiguarse con una vez, basta.
El monumento funerario tiene un interés especial, es una escultura que pone en relación las ideas y creencias frente a la muerte, los sentimientos religiosos y los gustos estéticos. Este género creativo vincula a la sociedad y a los artistas plásticos.
Si bien la cruz es un gráfico aparentemente simple, en realidad está cargado de una complejidad sumamente intensa.
En nuestro México no solo los templos rematan sus torres con una cruz, miles de calles, esquinas y cientos de carreteras muestran “cruces” como indicadores de que en ese lugar, alguien perdió la vida. Esa señal es un recuerdo de amigos y familiares, es presente en nuestra memoria de un ser querido y representa también un homenaje para la persona fallecida.
Colocada a 15 metros del centro del camino original, La Cruz permaneció ahí 51 años, nunca se movió, al paso del tiempo cambio el paisaje, cambio el trazo de la carretera desapareció la curva y La Cruz quedo de espaldas al nuevo camino. El terreno donde estuvo el Monumento fue vendido, ahí se construyeron algunos cuartos que sirvieron de antro, es decir, La Cruz llego a estar dentro de un tugurio de mala muerte entre “señoritas que fuman” y “damas del partido” –dice el Quijote- meseros, botellas, borrachos y la música de una rockola. Años después se construyo un gran Distribuidor Vial símbolo de modernidad, de progreso y la Cruz apareció a un lado del camino ahogada en el cemento de una banqueta.
Por la llamada telefónica que hacía mención se prendió una chispa, había que rescatar La Cruz, solicitar permiso con las Autoridades y en su momento hacer un trabajo cuasi quirúrgico para sacar el monumento porque no sabíamos hasta donde estaba dañado.
Solo unos días después de la petición para rescatar La Cruz fuimos atendidos por el Secretario de Infraestructura y Transporte del Gobierno del Estado de Puebla Diego Corona quien de inmediato dio la instrucción para hacer los trabajos y colocarla a unos metros, en la jardinería del Distribuidor Vial D8, se construyo una pirámide de piedra de tres metros de altura para colocar encima La Cruz.
En el proyecto trabajamos Arturo González Camarena, Jorge –el Chato- González Camarena, los arquitectos Mauricio y Roberto González de la Fuente y el maestro Nabor Cano y su cuadrilla. Muchas fueron las horas que le dedicamos a esta tarea, visitas al lugar, llamadas telefónicas, whatsapps, fotos, video y pláticas cargadas de ideas, opiniones, supuestos, proyectos, bocetos y hasta una acuarela del “Chato”.
El significado profundo de este acontecimiento tiene muchas aristas, colocar en un lugar digno La Cruz en recuerdo y homenaje a Don Guillermo luego de que estuvo en el abandono y casi en el olvido, se instalo a unos metros de la antigua carretera estrecha y mal trazada que provoco innumerables accidentes y muertes; sin proponerlo La Cruz quedo sobre una pirámide que representa del gusto y pasión que Don Guillermo tenia por las culturas prehispánicas, siempre pensó el Ingeniero casarse encima de una pirámide; hoy 9 de Junio de 2016 esa pirámide da altura al monumento funerario que elaboro el pintor, muralista y escultor Jorge González Camarena.
La Cruz propiamente dicha es un monumento funerario hecho de piedra y por bloques geométricamente diseñados y que sigue sus líneas en forma natural y sobre el brazo horizontal (arriba y abajo del brazo) tiene cuatro añadidos rectangulares que en su conjunto representan un cinescopio, una pantalla de televisión, el centro está, en el vértice del eje vertical y el brazo horizontal no solo del monumento sino de la pantalla. Una obra de arte que tiene un peso aproximado de siete toneladas.
Hoy La Cruz será un punto de referencia del camino a la llegada y salida de la Ciudad de Puebla, cita para los vecinos en la geografía del municipio de Amozoc, sitio de reunión, lugar para el homenaje luctuoso del inventor y científico, muchos sabrán en memoria de quien fue hecha, otros encomendaran su camino persignándose frente a ella. Lo cierto es que ahora, en lo alto como si se tratara de una antena de televisión La Cruz de Don Guillermo sigue emitiendo, enviando señales y mensajes en muchas direcciones.
como puedo contactar al ing. Arturo Gonzalez Camarena?
He leido la biografìa del ing. Guillermo y tengo algunas preguntas al respecto. Yo nacì ese dìa de su muerte.