CAUSA Y EFECTO
Por José Antonio de la Vega Moreno
La discusión entre el gobernador del estado, Luis Miguel Barbosa Huerta y el diputado federal del Partido Encuentro Social, Fernando Manzanilla Prieto, por la famosa «Partida Secreta» o la famosa partida presupuestaria 3370 pone en tensión la vida política de Puebla.
Barbosa Huerta en una -buena entrevista por periodistas del periódico digital Central- señaló en un lapso de la misma de manera contundente «sentaré a Fernando Manzanilla en la Fiscalía General del Estado».
Mientras tanto, Manzanilla Prieto en una entrevista para Causa y Efecto -del sábado pasado- tras haber mostrado mesura en sus declaraciones, no aguantó más. –reventó- «Yo no soy el payaso de las cachetadas, no permitiré que se juegue con estos temas».
Al aire, de manera inmediata, sugerí tanto al diputado como al gobernador -quién soy yo para sugerirles nada- no judicializar más la política en nuestro estado.
Porque al hundirse políticos en el fango de las acusaciones, los señalamientos, las intrigas, las descalificaciones, el único payaso de las cachetadas es la sociedad.
Y eso, no puede ser.
El viernes pasado, ciudadanos de San Martín Texmelucan, agredidos por elementos de tránsito soltaron #YaEstamosHastaLaMadre por el abuso de autoridad de funcionarios municipales.
La crisis social y administrativa en el municipio de Tehuacán con una autoridad suplente que no da una y en el Congreso del Estado el proyecto en la mesa de la Comisión de Gobernación la posibilidad de desaparición de poderes y la espera de un Concejo Político que venga a enmendar el camino.
En esos dos municipios y otros más como Amozoc, Coronango, Cuautlancingo, Huejotzingo, Puebla, la sociedad ya se cansó de ser el payaso de las cachetadas.
En el sector salud, médicos, enfermeras, camilleros, personal auxiliar desde el inicio de la pandemia con una carestía de insumos e instrumentos mínimos indispensables para su protección.
Familias enteras que tienen que padecer de manera lamentable si es que tienen un interno por Covid-19 en cualquier hospital, la travesía de la tardanza de su atención o la falta de medicamentos, respiradores, camas, escaso personal, y esperar ser atendido como se merece, pese a la reducción de contagios y decesos por el virus en las últimas dos semanas, ya no quieren ser el payaso de las cachetadas.
Según cifras oficiales en Puebla 4 de cada 10 adultos mayores cuentan con un beneficio social. Es decir 60 por cierto de nuestra gente adulta mayor, no alcanza programa alguno.
Que los usuarios sufren desde octubre el alza al pasaje del transporte público chatarra, sin modernizar, sin cámaras de vigilancia, sin botón de pánico, sufriendo robos, sin la sana distancia, también están cansados de ser el payaso de las cachetadas.
Empresarios poblanos que piden una gran unificación y trabajo a la administración, que los recursos se queden en empresas poblanas en la construcción, en las maquiladoras, en la industria automotriz.
Empresarios franquiciatarios de cafés, restaurantes, antros, bares, cines, hoteles, tiendas departamentales, en esta crisis sanitaria piden no ser lastimados más con la presencia del comercio informal, el ambulantaje y la competencia desleal.
Miles de desempleados urgen un apoyo para lograr cruzar este viacrucis que se padece desde hace seis meses.
Mujeres poblanas piden a gritos ser defendidas y atendidas en torno al alza de la ola de violencia de género, violencia familiar, acoso sexual, acoso laboral.
Por las mujeres desaparecidas, niñas y niños agredidos.
Alumnos y alumnas que no cuentan para poder tener una educación a distancia de calidad, menos con las herramientas indispensables para lograrlo.
En estos momentos intensos de pandemia, de una crisis de salud, de una fuerte ola de desempleo, de cierre de comercios o negocios, de finanzas derrumbadas, de una política judicializada, en medio de todo eso, la sociedad ya no quiere ser de ninguna manera, el payaso de las cachetadas.