El Candidato tiene quien le escriba.
Opinion || Por: Horacio Cano
Los mexicanos tenemos que ver más allá del “caemebienismo” y analizar los perfiles de los candidatos. A veces el más apto no necesariamente es el más popular.
Del Licenciado Benito Juárez muchos historiadores dicen que lo salvó la muerte, otros más dirán que lo salvó quien escribió la historia en los libros de texto. Dicen que de haber seguido lo recordaríamos como un dictador y no como el gran reformista que representa para nuestro país. Quizá hubiera corrido la misma suerte en los libros que el General Porfirio Díaz. Ni el General ni el abogado tuvieron quien les escribiera. Cuando caudillos ajenos a sus causas lo hicieron, a uno le exaltaron sus aciertos y al otro sus errores. Los dos al final, seres humanos con virtudes y defectos.
En nuestro México, el del siglo XXI, los ciudadanos hemos recurrido al “caemebienismo”; entendido como la acción de ponderar la afinidad que se tiene hacia alguna persona para juzgarlo en lugar de hacerlo con base en sus acciones; a la hora de elegir quien nos gobierne. Ese “caemebienismo” nos ha distraído de observar el verdadero fondo del quehacer político. Es muy difícil que todos podamos conocer de forma cercana a los funcionaros públicos, nos caen bien o mal dependiendo de lo que leamos, o peor aún: dependiendo de las fotos que les tomen. Por supuesto que nos hacemos un juicio sobre nuestros políticos por lo que alguien más escriba o diga respecto de ellos. He ahí la importancia de las narrativas de los políticos, porque ellos sí tienen quien le escriba. En esta temporada de promesas, los ciudadanos debemos de exigir que esas narrativas estén apegadas a exponer las ideas que los candidatos tienen para la consecución del bien común y no nos vendan a la reina de la primavera. Vale la pena pasar las propuestas por los filtros social, financiero y legal como he planteado en meses anteriores. Pero también habrá que estar atentos en quien une más a la sociedad. Como diría Fito Páez, “en tiempos donde nadie escucha a nadie”, lo que debemos ponderar es quien puede conjuntar los intereses y conducir el barco a un buen puerto.
En San Martín, el debate público ha cerrado la carrera a solamente tres candidatos. De dos de ellos está en duda su participación, del que tiene el color naranja, su futuro se define el próximo miércoles que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación votará en su sesión el proyecto sobre la apelación presentada por su partido político, la cual ataca de fondo la sanción impuesta al partido, por lo cual de resultar favorable, le regresarían a dicho candidato la posibilidad de competir. Si logra tener la posibilidad de competir, será una nueva oportunidad, de ahora sí, cumplir con los tiempos que marcan las autoridades electorales y como quien dice, entregar la tarea a tiempo. Si la resolución no le es favorable, deberán buscar recomponerse y ser lo suficientemente maduros para no echarle la culpa de las omisiones propias, a un complot fraguado desde el estado. De la opción independiente, esperemos esté haciendo lo propio para defenderse jurídicamente y poder participar. Como me gustaría consultar el oráculo para saber cómo la historia juzgará a cada uno de los candidatos. ¿Quién tendrá quien le escriba? ¿A quién le exaltarán sus virtudes? ¿A quién sus defectos?