
CAUSA Y EFECTO
Por José Antonio de la Vega Moreno
La muerte y la prisión no se le desea a nadie.
La muerte y la prisión son circunstancias que se asemejan.
La muerte es un escenario donde desapareces de inmediato. La prisión te vas yendo, alejando y poco, lentamente, del mundo terrenal.
En la muerte, no hay ningún muerto malo.
En la cárcel, hay muchos malos a los que desean la muerte, paradójico.
El encarcelamiento de Eukid Castañón, político o no, legal o no –eso lo deben dirimir las respectivas autoridades- es para la mayoría de los poblanos el karma, justicia y para los menos, dolo e injusticia.
Lo que todos sabemos de Eukid, es que fue el hombre que con mano dura, casi inquisidora amenazaba y arrebataba cualquier tranquilidad política, social y empresarial en la administración del extinto gobernador, Rafael Moreno Valle.
Luis Miguel Barbosa Huerta, gobernador del estado, señaló, “fue un hombre que hizo mucho daño, mucho daño”.
De acuerdo. Hoy está tras las rejas de San Miguel, -de donde se escucha en las grabaciones presentadas por el periódico digital “Parabólica” que dirige el periodista Fernando Maldonado- que él mandaba en esos patios.
Paradójicamente, hoy debe estar recorriéndolos con aquellos personajes, que él mismo presumía mover, manejar al interior del penal.
El encarcelamiento de Eukid, me remitió de inmediato al de Fedor Dostoievski en 1849 –claro, guardando las enormes distancias- el escritor ruso durante su estancia en el penal, escribió, “Memorias de la Casa Muerta”.
En una de sus descripciones, manifiesta: “Somos gente deshecha, estamos destrozados por dentro, y por eso gritamos por las noches”.
Eukid, se asemeja. Antes gritaba y condenaba a la sociedad.
Hoy la sociedad, le hace gritar y condenarse por las noches.
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Carta a Andrés Manuel López Obrador.
Señor presidente.
Desde mi humilde punto de vista, las famosas mañaneras se han transformado en un escenario de señalamientos, descalificaciones y de un trabajo arduo para dividir a los diversos sectores.
No son enemigos quienes piensan distinto al de enfrente.
Señor presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, olvidó por un rato, la atención que se le debe dar a la alarmante situación de la crisis de salud en nuestro país, para dar paso a una confrontación más.
Con un panfleto. Sin pruebas.
Señor presidente, señaló a medios de comunicación, comunicadores, empresarios, asociaciones, partidos políticos, gobernadores y demás personas, que están contra su gobierno.
Los gobiernos cada día que pasa se desgasta.
Así les pasó a sus antecesores, pero nunca se presentó un escenario como cada mañana, en donde un día y otro también, se intenta dividir al país.
Señor presidente, sólo una petición existe por todos lados y que no la ven: Unidad para que nuestro país jale para un solo lado.
Unidad para que nuestro país, termine de salir de la crisis de salud que enfrentamos y a la peligrosa recesión económica a la que estamos precipitándonos.
Unidad, unidad, señor presidente.