El gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta descartó ser “enemigo” del rector de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), Alfonso Esparza Ortiz, pero advirtió que no impedirá que se frene la aplicación de la ley.
Tras las declaraciones que hizo Esparza Ortiz al finalizar la sesión del Consejo Universitario, Luis Miguel Barbosa rechazó que esté más enfocado en acrecentar las batallas contra sus enemigos pues subrayó que su prioridad es la atención de la pandemia por Covid-19, en la que afirmó que desconoce alguna acción hecha por el rector de la máxima casa de estudios de la entidad.
Sostuvo que hay quienes querían que en su gobierno las cosas siguieran como estaban y quienes se enriquecieron impúdicamente y se volvieron “varones de los privilegios”.
“No considero enemigo al rector, es la primera vez que alguien se declara mi enemigo. Si él violó la ley o si lo ha hecho por años y si una autoridad lo investiga en este momento que soy gobernador eso no lo debe mover a considerarme su enemigo. Si violó la ley no seré yo quien impida que se aplique la ley”.
Agregó que no está enterado si existe alguna auditoría en contra de su gestión como rector, pues el hecho de que sea gobernador no significa que las instituciones autónomas respondan a sus órdenes.
Agregó que desconoce si integrantes de su familia estuvieron implicados en el manejo del extinto equipo de futbol Lobos de la UAP, lo que no debió ocurrir.
“La ley debe aplicarse de manera natural. Si no ha violado la ley, que no se declare enemigo de quienes están obligados a que la ley se cumplan. Tengo una sensación desagradable que el rector me considera su enemigo”.
Rechazó que le preste más atención a abrir frentes políticos que a la pandemia por Covid-19, al respecto sostuvo que el tema del coronavirus es la prioridad de su gobierno.
“Estamos ocupados todos los gobernadores de atender ese asunto. Es un asunto de la sociedad. No ha habido la solidaridad de todos. No conozco una sola acción del rector en el combate contra el coronavirus”.
Subrayó que desconoce las razones que llevan al rector a acusar que el aparato oficial se puso al servicio de las obsesiones del gobernador.
“Lo que veo es que el rector de la UAP tiene razones que no conozco para expresarse de esa forma. El gobierno del estado, menos el gobernador, no tenemos enemigos. Perseguimos delincuentes. Yo no investigo delitos, no hago auditorías. El Poder Ejecutivo tiene otras funciones. Acá se cree que todo lo que pasa en las instituciones es ordenado por el gobernador”.
Con información de La Jornada de Oriente