
El asunto de la gobernabilidad y los servicios públicos es una tarea a cargo del gobierno, la ley orgánica municipal, la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, la del Estado de Puebla y la normatividad secundaria vigente en nuestro Estado establecen claramente los límites y alcances de esta tarea que se asume de manera legal a través de procesos electorales con el voto directo y secreto.
Como resultado de la aceptación a la propuesta de la cuarta transformación 4T y del proyecto de la coalición Juntos Haremos Historia hoy existen gobiernos de la misma quienes obtuvieron una mayoría legal de votos en los comicios del año pasado, gobiernos municipales que ya deberían haber consolidado también su mayoría legitima en la ejecución de políticas públicas aceptadas, respaldadas y avaladas por el consenso de las mayorías que hoy gobiernan.
La polarización y el desencuentro que el gobierno municipal vive con el pueblo de San Martín Texmelucan es un acto de irresponsabilidad y de incapacidad política y administrativa de todo el Ayuntamiento en pleno y de los partidos que en esa coalición lograron la mayoría en las urnas.
Es urgente y es una demanda ciudadana que de manera inmediata los actores de ese triunfo electoral den respuestas satisfactorias a las demandas ciudadanas que claman gobernabilidad, que sin violentar la autonomía municipal, también la Secretaría General de Gobierno del Estado acuda a construir las mediaciones y acuerdos suficientes para dar rumbo a la urgente paz social de San Martín y no para mantener con vida a grupos enquistados en sus despachos que a toda costa buscan sobrevivir con sus particulares intereses en este mes de Hidalgo del gobierno interino.
De lo contrario Miguel Barbosa Huerta, próximo gobernador, deberá llegar, justamente dentro de un mes, como Jesucristo, a sacar con un látigo a todos los fariseos de su templo de ser así, Texmelucan deberá sacar fortaleza para sobrevivir a este amago que hoy vive.